viernes, 5 de abril de 2013

Una semana

Ya ha pasado casi la primera semana, y después de un momento de bajón de esta mañana, he vuelto a retomar fuerzas y voy a seguir con este proyecto hasta el final.
Tengo rotos todos los esquemas, piensas que entiendes de distribución después de quince años y no sabes nada. Aquellos libros de motivación "Dónde está mi queso" y los famosos relatos y conferencias de Emilio Duro y Don Leopoldo Abadía son una pantomima de muy señor mío, esto es África y ustedes unos auténticos soplapollas.

Una cosa tengo clarísima, no me voy a aburrir, es imposible. Aunque no lo creáis, no he sacado ni los portátiles ni el ipad de la maleta, y hoy tampoco lo haré.

En líneas generales estoy bien, como y ceno mejor de lo que podía imaginar. Dispongo de chofer todo el día, que la verdad aquí es imprescindible, porque te saca de todos los apuros y se le ve buena persona.

Aquí la gente es feliz aunque coman una vez al día y dos plátanos. Me siento un privilegiado porque aquí hasta una simple Coronita vale muchísimo dinero.

Dormir duermo del tirón, por el cansancio del día, del calor y de ir con las orejas hacia arriba como las liebres.





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